EFESO, RECUERDO DE UN PASADO.

Por Emilio J. Lezcano   carsNtravel.com    Fotos AUTOR

Situada a unos 400 kilómetros al sur de Estambul, en Turquía, frente al Mar Egeo en el Mediterráneo, se encuentran las espectaculares ruinas de Éfeso.

Famosa desde tiempos bíblicos, en los alrededores de sus venerables ruinas se pueden visitar varios lugares de gran importancia histórica tales como la casa de la Virgen María y la iglesia y tumba del apóstol San Juan. También, remontándonos aún mas atrás en el tiempo, el Templo de Artemisa o Diana, una de las siete maravillas del mundo antiguo y la Caverna de los Siete Durmientes, otros de los lugares sagrados del mundo cristiano.

Desde la ciudad de Izmir hasta las ruinas hay una distancia de 73 kilómetros y el recorrido dura una hora en taxi o en pequeños autobuses colectivos llamados dolmush. Desde el pueblo de Selcuk, donde se encuentra ubicado el interesante Museo de Éfeso, se puede tomar cualquier tipo de transporte o, si desea hacer ejercicio, puede caminar hasta las ruinas.

Aunque las ruinas de Éfeso se pueden visitar en un día, la casa donde, según tradición, murió la Virgen y la iglesia y tumba de San Juan se encuentran a una distancia de 10 kilómetros una de otra, y se recomienda pasar dos noches en Selcuko, si prefiere las delicias del mar, puede elegir el popular balneario de Pamucak, situado en el Mar Egeo, con muy buenos hoteles y a siete kilómetros de las ruinas.

Yo inicie el recorrido desde Selcuk. Aquí, la parada más interesante es el Museo de Éfeso. Desde el centro se puede caminar hasta las ruinas, localizadas a dos kilómetros. Para visitar la casa de la Virgen, ubicada a unos nueve kilómetros, se necesita transporte.

En los alrededores de la casa de la Virgen se encuentra la impresionante fortaleza de Ayasuluk, construida en el siglo V D.C. Dentro de la fortaleza se encuentra una capilla, una mezquita y varias cisternas. A un lado del edificio se puede visitar la Iglesia de San Juan, construida y consagrada a San Juan el Evangelista, que había llegado a Éfeso acompañado por la Virgen María.

Ya dentro de la iglesia se puede acceder a la tumba del apóstol Juan. Ningún turista deja de visitar los restos de esta iglesia, que es muy interesante no sólo desde el punto de vista espiritual sino también por su estilo arquitectónico. Desde la cima de esta colina se puede ver lo que queda del Templo de Artemisa, una sola columna de mármol.

La casa de la Virgen está localizada en lo alto de una colina. Los historiadores afirman que en ese lugar fue donde ‘dormition Ephesian´, es decir, que la Virgen se durmió en Éfeso, donde ocurrió el tránsito de la Virgen en presencia del discípulo Juan, a quien estuvo confiada la madre de Cristo desde el momento de la Crucifixión.

La primera adoración formal del mundo cristiano a Santa María tuvo lugar aquí. El concilio ecuménico de Éfeso, efectuado en el año 431 D.C. se reunió entre las ruinas sagradas de la casa de la Virgen. Según la tradición, una devota bávara llamada Catherine Emmerich, declaró un día, durante la Semana Santa, que la Virgen María no había muerto en Jerusalén, sino en Éfeso.

Explorando el lugar mencionado por la vidente, se encontró la ceniza sagrada de la chimenea en la casa de la Virgen en lo alto del monte de Panaya Kapulu. La casa de la Virgen fue restaurada en el año 1950 para darle su aspecto actual.  A partir del año 1961, cuando el papa Juan XXIII visitó la casa y declaró que allí se podían celebrar misas, la casa de la Virgen se ha convertido en un lugar de peregrinación.

El recorrido de las ruinas comienza frente a los Baños de Vario. Las excavaciones realizadas han revelado qué fueron construidas durante el siglo II D.C., y utilizados como gimnasio. Siguiendo por la misma carretera, llegamos al Odeón, que tiene el aspecto de un pequeño teatro. Fue construido por Vedio Antonio durante el siglo II D.C. El Odeón tenia una capacidad para 500 personas.

Más adelante llegamos a la Basílica, situada entre el Odeón y el Ágora del Estado. Debido a las estatuas quebradas del emperador Augusto y su esposa Livia, descubiertas en esta basílica, y actualmente expuestas en el museo de Éfeso, se cree que fue construida durante el reinado de Augusto.

El Prítaneo, que también se conoce como Palacio Municipal, era el sitio donde se recibía a los visitantes oficiales.  Aquí fueron encontradas dos estatuas de Artemisa, llamadas la Bella y la Grande. Mas adelante encontramos, un bello arco que corresponde a La Fuente de Polio que era un edificio espléndido situado en la Plaza de Domiciano.

Al frente se encuentra el templo de Domiciano, construido en nombre del emperador Domiciano en el siglo I D.C. Fue consagrado a su padre Vespasiano después que Domiciano fue asesinado. La Vía de los Curetes es la calle principal entre la Biblioteca de Celso y la Plaza de Domiciano. Aquí se encontraban numerosas estatuas que representaban a los personajes de la ciudad y adornaban ambos lados de la vía, donde todavía hoy se ven algunas de ellas.

La Fuente de Trajano está situada a la derecha de la Vía de los Curetes. Esta fuente fue construida en el siglo I D.C., en nombre del emperador Trujano. En medio de la fuente se alzaba una estatua de gran tamaño del emperador. Dos estatuas de Dionisio, descubiertas aquí durante las excavaciones, se exponen también en el Museo de Éfeso.

El Templo de Adriano es el edificio más bello de la Vía de los Curetes, fue construido y consagrado al emperador Adriano en el siglo II D.C. Los pedestales con inscripciones que se ven delante de las columnas antiguamente llevaban las estatuas de bronce de Dioclecio, Maximiano, Constantino Cloro y Galerio.

La Puerta de Maceo-Mitridates son tres puertas en forma de arco de triunfo, que da acceso al Agora Comercial. Este colosal portal fue levantado por dos esclavos, Maceo y Mitridates, para expresar su agradecimiento al emperador Augusto, la emperatriz Livia y su yerno Agrippa, quienes los habían liberado.

El sitio más visitado es la Biblioteca de Celso. Este espectacular edificio está situado al final de la Vía de los Curetes. Fue construido entre los años 117 y 120 D.C., por el hijo de Julio Celso Polemeano como el mausoleo de su padre.

La biblioteca fue descubierta en 1904 y restaurada entre los años 1970 y 1978. Es un edificio de dos pisos y el espacio interior consiste en una sola pieza de gran tamaño. Las cuatro estatuas femeninas colocadas dentro de los nichos de la fachada simbolizan las características de Celso: Sophia (la sabiduría), Episteme (la ciencia), Eunoia (la fortuna) y Areté (la virtud).

La vía que queda entre la Biblioteca de Celso y el Gran Teatro se llama la Vía de Mármol. El suelo, pavimentado con mármol durante el sigilo V, está bien conservado. En la acera, por el lado del Ágora, se ven las figuras de una mujer, un pie izquierdo y un corazón, que representan el camino hacia la Casa Pública.

Al final llegamos al Gran Teatro. Fue construido durante el reinado de Lisímaco en el siglo III A.C., en la ladera del monte Pión. Es el teatro antiguo de mayor tamaño en Turquía, con una capacidad para 24,000 espectadores, donde tenían lugar espectáculos de lucha entre fieras y gladiadores.

Finalmente encontramos las ruinas de la Iglesia de la Virgen. Es célebre por ser la primera iglesia consagrada a la Virgen María en el continente asiático. También se llama la Iglesia del Concilio, ya que el Concilio Ecuménico del año 431 se reunió aquí. La basílica fue modificada durante la época del emperador Justiniano.

Para el visitante no será difícil imaginar el pasado histórico de la ciudad en la era romana, cuando Éfeso era la capital de 500 pueblos de Anatolia: las maravillas de los siglos pasados y al mismo tiempo disfrutar hoy de la hospitalidad del pueblo turco.
ejlezcano@carsntravel.com

 

 

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Emilio Lezcano

Journalist - Editor - Photographer
Professional Race Car Driver

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