Por Emilio J. Lezcano carsNtravel.com Fotos autor
Según los entendidos, el origen histórico de la ciudad de Cuenca (palabra derivada del árabe KunKa) hay que buscarlo durante la conquista musulmana a partir del 711.
Años después, el 21 de septiembre de 1177, Cuenca fue conquistada por las filas cristianas dirigidas, en ese tiempo, por el Rey Alfonso VIII y la Reina Leonor de Plantagenet y apoyada por el monarca aragonés Alfonso II.
Para los visitantes es fácil encontrar un equilibrio entre urbanismo y paisaje, la roca y los ríos, viviendas y calles que le dan a esta ciudad española un carácter muy especial. Y, no es sorpresa que la UNESCO declaró a la Ciudad Fortificada de Cuenca, como Patrimonio de la Humanidad en el año 1996.
Cuenca presenta varias opciones para los visitantes: castillos, conventos y santuarios, además de belleza y la singularidad de sus edificios, casas y calles. Los turistas quedan maravillados cuando caminan por la parte vieja de la ciudad donde se encuentra la imponente Catedral, monumentos, museos, iglesias, calles, balcones, miradores, casas, casones y palacios.
La Catedral fue el primer edificio que se comenzó a construir tras la conquista de la ciudad, en el lugar donde se emplazaba la antigua alcazaba musulmana. Se considera como el más temprano ejemplo de Gótico en España. Los trabajos de edificación comenzaron a finales del siglo XIII y se consagró en 1208 por el arzobispo Ximénez de Rada, aunque no fue terminada hasta 1271.
A pocos pasos se encuentra la Plaza Mayor y el Ayuntamiento. Si el símbolo del poder eclesiástico es la Catedral, el poder civil es el Ayuntamiento. La Casa Consistorial, que sirve como cierre a la Plaza Mayor, se termino de construir en 1763 y consta de tres cuerpos.
En el centro se sitúa la Plaza Mayor, que es el principal punto de referencia de todo el recorrido por la ciudad. La Plaza Mayor está conformada por un triangulo cuyos vértices son la Catedral, el Convento de las Petras s.XVIII y el Ayuntamiento. También este el es el lugar favorito para las fiestas, reuniones, comidas y cenas, sin dejar atrás las tapas y cervezas.
A poca distancia se encuentran los edificios más emblemáticos y conocidos de la ciudad, se trata de las Casas Colgantes. Hasta el momento no se sabe con exactitud su origen que, para unos es musulmán, mientras que para otros es medieval s.XIV–XV.
En la actualidad son tres casas restauradas en el siglo XX. En dos de ellas está ubicado el Museo de Arte Abstracto Español (Casa del Rey y Casa de la Sirena).
Caminando por el famoso puente colgante Puente de San Pablo, se llega al Convento de San Pablo. Este convento fue levantado a comienzos de 1523 como convento dominico. En la actualidad, el edificio se ha convertido en el Parador Nacional de Turismo. En el interior se encuentra la iglesia de estilo gótico decadente y la portada de transición del Barroco al Rococó.
La ciudad fue famosa en siglos pasados por su actividad artesanal, los árabes trabajaron el marfil, el vidrio y el trenzado de alfombras. Un gran prestigio alcanzó en los siglos XV y XVI la forja del hierro, que junto a la fabricación de armas, como la espada, que le otorgó a la ciudad fama y prestigio.
El trabajo de la forja tiene en la rejería su mejor legado artístico, testimonio de ello son las excepcionales rejas que cierran las capillas de la Catedral, pero también el Casco Histórico está coronado de casas con elegantes y bellas obras de rejería en sus balcones.
La ciudad está situada en un elevado e inexpugnable montículo y protegida por los ríos Júcar y Huécar.
¿Cómo llegar? Varias aerolíneas tienen servicio hasta Madrid. A la llegada, en el aeropuerto de Barajas, recomiendo abordar el tren que los deja en Atocha. Aquí cambiar para otro tren que va para Cuenca. Al llegar a la terminal de Cuenca subir a un pequeño autobús que los lleva al Centro Histórico, frente a la Catedral.
¿Dónde hospedarse? Hotel Convento del Giraldo, a media cuadra de la Catedral www.cuencaconcaracter.com
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