JORDANIA MUESTRA SUS TESOROS

Por Emilio J. Lezcano / carsNtravel.com / Fotos autor

El Reino Hachemita de Jordania es un país mágico.  Se necesita tiempo para poder disfrutar de sus tesoros nacionales.  Uno de ellos es la antigua ciudad de Petra, declarada por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad.

Acurrucada entre majestuosas montañas, Petra es la joya mejor conservada del país, y es un legado del pueblo nabateo que se estableció en esta zona hace más de 2,000 años dejando una espectacular arquitectura y su refinada cultura. La entrada se realiza por un estrecho desfiladero, rodeado por unos espectaculares acantilados que muestran la magia de sus formaciones rocosas y deslumbrantes colores de tonalidades rosado, rojo y amarillo.


Aquí sus habitantes lograron tallar en las paredes de las montañas impresionantes templos, monasterios, tumbas y construir calles y un gran teatro. Petra, también conocida como la Ciudad Rosa y la Ciudad de Piedra, fue la capital de los nabateos, un antiguo pueblo beduino de Arabia, y su reino fue anexado al Imperio Romano en 106 D. C., por el emperador Marco Ulpio Trajano quien estableció la Arabia Pétrea.

Fue un importante centro de caravanas y una rica ciudad comercial.  Su color rosa y en ocasiones rojo y amarillo, le llega debido al efecto que ofrece el amanecer y el atardecer en sus brillantes rocas de arenisca rosácea.  Su arquitectura es rupestre, de estilo helenístico-romano, muy bien conservada, pero todo lo que queda de ella son impresionantes tumbas, monasterios y edificios labrados en la roca. La famosa Calle de las Fachadas, con sus enormes riscos y edificios labrados en ellos, guarda toda la historia y el misterio de la ciudad. En Petra, que en griego significa roca, los romanos dejaron un impresionante rastro de su estilo de vida.

Construyeron una calle con inmensas y bellas columnas, un teatro y baños públicos.  Con el cristianismo la ciudad pasó a ser sede episcopal.  Más tarde en el siglo VII la ocuparon los musulmanes y perdió el importante papel de capital del floreciente imperio que había surgido en tiempo de los nabateos.  En el siglo XII, con la llegada de los cruzados, recobró un poco de su antigua importancia, pero quedó escondida, abandonada y olvidada hasta el siglo XIX.  La conocían solamente los beduinos locales, quienes la cuidaban, y que todavía hoy la controlan.

Los turistas, al llegar al Visitor Center, donde se adquieren las entradas, tienen varias opciones para llegar al corazón de la ciudad, pueden alquilar carros tirados por caballos y camellos, hasta llegar al primer edificio, el famoso Al-Khazneh (EL Tesoro). Yo recomiendo hacer el recorrido a pie, a través del Siq, es mas relajante y se pueden observar mejor todos los detalles de las formaciones rocosas de este estrecho e impresionante cañón.

De repente, al llegar al final del camino, el visitante es tomado por sorpresa.  Una cosa es “Indiana Jones y la Ultima Cruzada”, al estilo de Hollywood, y otra es enfrentarse a la imponente fachada empotrada entre milenarias barrancas del primer edificio el Al-Khazneh (el Tesoro), la mejor representación del pueblo que la talló.

Después de dejar atrás El Tesoro se camina a través de una intrincada hilera de impresionantes edificios: las Tumbas de los Reyes; un colosal teatro al aire libre construido originalmente por los nabateos y ampliado por los romanos con 8,000 asientos y la tumba de la Urna, la cual compite en tamaño con el edificio de El Tesoro.  Sobre la puerta principal de esta tumba se encuentran tres cámaras y la central está bloqueada con una roca finamente decorada. También se destaca la tumba Corintia, con un diseño que ha confundido a muchos arquitectos, ya que se compone de varios elementos.

Antes de marcharse no se olvide de visitar la llamada “Little Petra” con nuevos sitios descubiertos recientemente. La milenaria Petra se encuentra a unas 3 horas desde Amman, la capital, y cuenta con restaurantes y otras facilidades para los visitantes.  La mejor opción para pasar la noche es el hotel Mövenpick,el cual ofrece a sus huéspedes una impresionante panorámica de las formaciones rocosas y parte del desierto que rodean al hotel.

Terminada la visita a Petra, me acomodé en un vehículo 4×4, especial para el desierto, rumbo al famoso Uadi Rum (Wadi Rum). La entrada cuenta con un edificio para los visitantes con cafetería y todo lo necesario para este tipo de aventura. Afuera, reposando en las tranquilas y coloridas arenas del desierto, esperan los populares vehículos 4×4, caballos y los populares camellos para los recorridos.

El nombre de Wadi Rum proviene por los variados Uadi, qué significa lechos de ríos secosque y  están bordeados por las impresionantes montañas de arenisca que se eleven sobre las extensiones de arena color blanca, rosada y naranja. El lugar es habitado desde hace siglos por numerosas tribus beduinas.

Los paseos se componen de varias modalidades y también de tiempo: horas, días, y hasta semanas. En mi caso opté por una de las opciones más populares, pasar la noche en una tienda de pelos de cabra de beduinos con todas las comodidades necesarias para disfrutar de esta maravilla: baños. buena comida, camas, frazadas muy limpias, y hasta música árabe alrededor de una fogata.

En el momento en que nos acomodábamos en los vehículos 4×4 para iniciar la caravana, me llamó la atención una esbelta formación rocosa, justo a la entrada del inmenso desierto. Se trata de Um Ishin, el lugar donde se inspiró el Teniente Coronel Thomas Edward Lawrence (conocido como Lawrence de Arabia), para escribir su famoso libro “Los Siete Pilares de la Sabiduría”.

Al pasar cerca de la montaña da la impresión de que se trata de una inmensa fortaleza. La esbelta elevación descansa sobre una robusta base rocosa formada por siete pilares. Fue aquí donde el eco de la voz de Lawrence de Arabia se escuchó en todo el desierto al exclamar: “Enorme, Resonante, Divino”. A medida que avanzaba hacia el campamento, llama la atención los preciosos cambios de tonalidades del desierto.

Durante el día están representados por la arena y montañas con distintos colores donde sobresalen el rojo, amarillo y naranja. Más tarde, al llegar la noche, todo cambia bajo un cielo lleno de estrellas y una luna que ilumina todos los caminos y misterios del desierto. En este majestuoso lugar se llevó a cabo el famoso filme Lawrence of Arabia que representa un hecho histórico, y donde se recuerda la actuación del oficial británico Thomas E. Lawrence por su partición en la Gran Revuelta Árabe, encabezada por el líder Sharif Hussein Bin Ali contra el Imperio Otomano en 1916-1918.

El desierto, conocido también como “el valle de la luna”, por su aspecto solitario, es el lugar preferido de los turistas que buscan la tranquilidad y el contacto con la naturaleza, pero también se ha desarrollado un nuevo turismo de aventuras, y entre los recorridos más populares se pueden conocer las solitarias dunas en camellos y caballos. También hay otras opciones como sobrevolar el desierto en un globo aerostático.

Uadi Rum, es un desierto mágico, está localizado entre Petra y la ciudad portuaria de Aqaba. Se trata de un sitio encantador donde los visitants comparten el ambiente con especies de animals como el zorro, el lobo, la cabra y el gato de las arenas, además de 130 especies de pajaros oriundos de esta zona.

Para más información consulte a la oficina del Reino Hachemita de Jordania en Nueva York, teléfono 703 243 7404/05 o su agente de viajes.
ejlezcano@carsntravel.com

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Emilio Lezcano

Journalist - Editor - Photographer
Professional Race Car Driver

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