CAMINO A MANDALAY

Por Emilio J. Lezcano   carsNtravel.com    Fotos Autor

Un viaje en barco, navegando día y noche por uno de los legendarios ríos de Asia, lleno de un ambiente de elegancia y muy relajante a la vez, donde a cada momento sobresalen lugares exóticos, adornados con más de dos mil pagodas, preciosas puestas de sol, noches románticas y donde la vida de sus pobladores prácticamente transcurre alrededor del espectacular río Ayeyarwady, se hace posible desde la preciosa ciudad de  Bagan hasta la legendaria Mandalay, en Myanmar ex-Birmania, a bordo del lujoso crucero “Road to Mandalay”.

Antes de comenzar el viaje decidimos pasar unos días en Yangon donde se puede apreciar algunos sitios de interés como su enorme mercado popular, la famosa y espectacular Pagoda Shwedagon, además de visitar muy buenos restaurantes y hoteles.

 

Después de disfrutar de las delicias que ofrece esta inolvidable ciudad llegamos al aeropuerto, al mostrador de ‘Road to Mandalay’, que comparte con Air Mandaly, donde nos entregaron nuestros pasajes.  Más tarde nos acomodamos en un avión de fabricación francesa que nos llevó hasta la exótica Bagan, en una hora y media de vuelo.

A nuestra llegada al pequeño aeropuerto de Bagan, los miembros de la tripulación del ‘Road to Mandalay’ nos esperaba para ocuparse de todos los trámites de documentos y las valijas.  En pocos minutos, después de pasar por un numeroso público, muy amistoso, que nos daba la bienvenida con una amplia sonrisa, abordamos un cómodo autobús que nos transportó hasta el típico muelle del crucero.

En el camino se puede detectar la belleza de la zona:  templos y pagodas milenarios, sus pobladores trabajando con el mismo estilo de sus ancestros y el entorno del lugar daba la impresión que estábamos viviendo cientos de años atrás.  Al llegar a la lujosa embarcación, ya estaban situadas las valijas en nuestra habitación. En este crucero los camarotes son tan amplios y elegantes que no parece un barco, hasta televisión con CNN.  Después de un delicioso almuerzo, con una combinación de especialidades de la cocina local, hindú y tailandesa, comenzamos este inolvidable viaje por un lugar donde más de 2,200 antiguos templos y pagodas siguen erigidos en las orillas del río Ayeyarwady, rodeado de la escena diaria que refleja la vida rural en la ex Birmania.

Seguimos por una rústica carretera de tierra, por donde transitan carretas tiradas por bueyes, bicicletas y nuestro autobús -con aire acondicionado-  visitamos distintos sitios de interés como el templo Ananda (1091-1105); Myin Gabar Gubyauk Kyi Temple (1113) y la fábrica Lacrufrware, en el Nuevo Bagan, donde se hacen las famosas obras de laca.  Aquí, además de buenas compras, vimos a diestras jóvenes pintando las obras con rústicos pinceles; la típica villa de Myin Gabar donde el reloj quedó detenido cientos de años atrás y la pagoda Shwe San Daw (1059),. Aqui subimos hasta el tope para observar su famosa puesta de sol.

Al día siguiente, después de un típico desayuno oriental, seguimos nuestro recorrido por la milenaria Bagan y su famoso templo Pya-That-Kyi (13th a.d.), más tarde nos dirigimos a la pequeña villa de Nyaung-Oo para una visita al popular mercado local, donde casi toda la mercancía que se compra su valor es de $US 1.00 dólar. Este mercado es uno de los sitios más visitados tanto por los pobladores de los alrededores como por los turistas.

Después de varias compras, especialmente ropa típica, muy liviana, ideal para el calor de la región, visitamos la Pagoda Shwezigon (1058-1089) y finalmente el templo Hti-Lo-Min-Lo (1218).  Al regreso, durante el almuerzo, el ‘Road to Mandalay’ comenzó su espectacular viaje a través de río Ayeyarwady.

Durante el recorrido se pueden ver diferentes tipos de templos y pagodas con sus cúpulas muy brillantes, muchos pescadores en sus casas ‘provisionales’ en las pequeñas islas que la corriente del río forma por temporadas, la navegación de viejos y coloridos botes repletos de mercancías donde sobresalen las cerámicas, y la esperada puesta del sol sobre las seis de la tarde.  Toda esta actividad se puede apreciar desde la terraza, el bar y si prefiere desde la piscina.

Esa noche, después de la cena, una increíble actuación del “Royal Acrobatic Show”, seguido por un impresionante espectáculo de luces.  Esta ‘obra de arte’, es el trabajo del barco y varios locales que acomodan 2,002 velas, cubiertas con vasos de cristal de distintos colores flotando en pequeños cuadros de bambú.  Es verdaderamente impresionante ver como esa iluminación, arrastrada por la corriente, se acercan y pasan al lado de la nave. Al finalizar, una enorme luna llena comienza a ascender desde el río.  Este increíble espectáculo forma parte de las “Festividades de la Luna Llena”, mientras que el total de velas reflejan el año.

Al tercer día, después de observar un amanecer en el río, pasamos la mañana en la piscina, el bar, y por supuesto disfrutando de la escena a ambos lados del recorrido.  Sobre la una de la tarde llegamos a Shwe Kyet Yet, cerca de la distinguida Mandalay. Y es aquí, en Mandalay, donde Myanmar, la ex-Birmania, está representada en todo su esplendor: su pasado y presente, los templos y su historia.  Por eso Mandalay es conocida como la Ciudad de Oro (Golden City) la misma que fue formalmente completada en 1859 por el Rey Mindon.

Esa misma tarde visitamos la ciudad donde sobresale el templo Mahamuni; la famosa fábrica de oro (Gold Leaf Beating) donde se fabrican y venden distintos tipos de artículos adornados con pequeñas piezas de oro y su elaboración no ha cambiado, usando los mismo métodos y herramientas de hace más de 200 años; el espectacular monasterio de madera Shwenandaw y la Pagoda Kkuthodaw.

El cuarto y último día preferimos el desayuno en nuestra cabina y sobre las siete de la mañana, en Shwe Kyet Yet, observamos de cerca una procesión de monjes que hacen una ofrenda y recolectan alimentos en sus tradicionales cerámicas negras para llevarlas al templo.  Como cortesía y respecto, recomiendo tomar las fotos a cierta distancia de la procesión.

Después de terminada la ceremonia nos dirigimos a la pequeña villa de Mingun, que es accesible solamente por el río, en un viejo, pero colorido ‘ferry’ que nos esperaba en un rústico muelle de bambú.  Durante el recorrido se pueden hacer compras de artesanías locales, pinturas, postales y ropa.  También se puede palpar la vida del río con los pequeños botes de bambú, que por su construcción dan la impresión que están listos para hundirse en cualquier momento.  En Mingun visitamos la Pagoda del mismo nombre; la famosa “Campana de Mingun”, la más grande del mundo, construida por orden del Rey Bodawpaya en 1808 y la pagoda Shinbyume.

 

Después del almuerzo visitamos la ciudad de Sagaing, que fue la capital independiente del Reino de Shan, alrededor de 1315, y hoy se pueden escuchar los ecos de los platillos budistas, gong o batintín y las campanas de las pagodas. Para las compras se visitan las fábricas de budas y la joyería Silversmith y el monumental Zayar Theingi Nunnery en las colinas de los alrededores.

La mejor época para hacer este crucero es desde octubre hasta abril, cuando terminan las lluvias y el nivel del río sube debido a la nieve que se derrite en el Himalaya. Para más información sobre el crucero Road to Mandalay llamar al Eastern and Oriental Express, telf. 1-866-674-3689. Website www.orient-express.com o consulte a su agente de viajes.
ejlezcano@carsntravel.com

 

 

 

Posted in MYANMAR, TRAVEL.

Emilio Lezcano

Journalist - Editor - Photographer
Professional Race Car Driver

Comments are closed.